Los neumáticos de verano tienen un caucho más duro y no son elásticos, lo que les aporta una mayor resistencia ante las temperaturas altas. Debido a esta composición más dura, le otorga un agarre extra a la carretera en entornos de temperaturas altas. Además, sufren un menor desgaste a temperaturas aproximada a 25ºC, en cambio en temperaturas por debajo de los 10ºC sufre un desgaste de al menos un 15%.
Otra característica es que debido a una menor resistencia en la rodadura, los neumáticos de verano emiten menos ruidos y consumen menos. También tienen menos dibujos en la banda rodadura, pero los que lleva están especialmente diseñados para resistir bien el aquaplaning. Una manera de diferenciar los neumáticos de verano a los de invierno a simple vista, es fijarse en los dibujos de la banda rodadura